EL HOGAR ES TU REFLEJO
¿Conoces esa sensación de entrar en una habitación donde acaban de discutir y notas el ambienta como tenso o crispado? ¿Y en una habitación donde han meditado?
En los espacios hay constantemente energía, y nosotros al ser energía somos perceptibles, es decir, notamos si la energía que fluye es vital y positiva o si es hostil y negativa. Algunas personas perciben más y otros menos, pero a fin de cuentas a todos nos influye ya sea consciente o inconscientemente.
La energía no es espiritual ni nada de eso. La energía es universal, natural, existe y está en todos lados, todo el tiempo. Lo creas o no.
Si observas el mundo te darás cuenta que todo está en movimiento constante. Cuando se reconoce la manera en que funciona la energía universal, puedes aprovecharla a tu favor en el hogar para la vida cotidiana.
Pero empecemos por el principio, ¿Qué es la energía universal?
La energía universal o energía vital, también llamada Chi o Qi, son palabras referidas conceptualmente a algo que no podemos ver ni tocar, pero que se expresa en la naturaleza. Creando y dando forma permanente a nuestra existencia. La energía vital circula y se adapta a los recorridos y espacios, ya sea urbanísticos o interiores, afectando positiva o negativamente a quienes lo habitan.
La energía puede circular de 3 formas:
- Ondulada:
La energía que se mueve naturalmente de manera ondulada en un espacio, es positiva y trae armonía.
- Inerte o estancada:
La que no se mueve o se estanca, trae desarmonía manifestada en desorden interno, depresión o cansancio en las personas que habitan el espacio.
- A gran velocidad.
la energía que se mueve a gran velocidad trae descontrol, falta de concentración o nerviosismo. Como sucede en el siguiente ejemplo:
La Casa Farnsworth diseñada por el Arq. Mies van der Rohe muestra exactamente un diseño arquitectónico con una fluidez de energía a gran velocidad, lo que, si una familia viviese allí, sería totalmente desfavorable. Además, los habitantes tendrían sentimientos de inseguridad por estar rodeado de ventanas de vidrio y no contar con un muro de apoyo que transmita seguridad, lo que llamamos en Feng Shui “la Tortuga” según los 5 animales celestiales.
Entender que un diseño puede ser estético y funcional, utilizando un estilo de moda, pero no favorecer al bienestar de los habitantes del espacio.
Por ello, es tan importante diseñar proyectos arquitectónicos con consciencia. Poner la Arquitectura en manos del Feng Shui significa crear espacios armonizados, cuyo flujo del Chi es el más adecuado para el espacio. Guiarse por estilos que estén de moda y que no favorecen el bienestar de los habitantes de la vivienda, sería lo mismo que vestir una prenda bonita y ligera que no abrigue, en una región muy fría.
Cuando se analiza una casa con Feng Shui, es primordial reconocer cómo se está moviendo la energía. Si asociamos la casa con el cuerpo humano, podemos entender:
- Las puertas y las ventanas son como la boca y los ojos respectivamente. Permiten la correcta entrada del Chi o energía vital.
- Los pasillos, corredores y escaleras son como las venas y arterias que conducen la circulación de energía de un sector a otro.
- Las puertas interiores son como válvulas que regulan la circulación de energía.
- El salón o sala de estar es el corazón de la casa. El espacio regulador de energías.
- El comedor es como el estómago. Es el espacio de suministro de energía.
- La cocina es el espacio donde se elabora la energía que luego nos hará sentirnos saludables.
- El baño es donde desechamos del cuerpo lo que no nos sirve. Es el espacio considerado como drenaje de energía.
Cuando en un espacio falta luz, hay exceso de muebles o puertas y ventanas que no se abren, la energía se corrompe. Debemos comprender que todo lo que nos rodea es energía, y que, en los espacios que permanecen objetos rotos o deteriorados, estos no permitirán el correcto flujo del Chi. También sucede cuando hay cuadros decorativos con imágenes de baja vibración, es decir, que transmiten emociones negativas como tristeza, soledad, violencia, entre otras. Por ello, para que la energía sea positiva en los espacios, debemos solucionar o reemplazar aquellas cosas que se encuentran en mal estado o nos generan emociones de baja vibración.
Una lámpara, un color o un objeto especial utilizado correctamente en los espacios del hogar, emana una frecuencia vibratoria alta que activa el Chi y logra circular energía positiva en ellos. Todos los elementos que coloquemos correctamente, servirán para contrarrestar aquellas decisiones arquitectónicas planteadas en un inicio y que dificultan el correcto flujo de energía.
Nuestro entorno, como es el hogar, nuestro espacio vital, el lugar de trabajo y la apariencia personal, son representaciones materiales de nuestro modo de interactuar con la energía del universo.
La casa es una constelación de energías que toman forma y color en cada espacio habitado.
En ella se manifiesta el inconsciente, la dinámica familiar, los pensamientos, creencias, emociones, desde sueños y deseos, hasta temores y preocupaciones. También se ven representadas las historias del clan familiar y nuestros ancestros. Puede ser un trauma, lealtad hacia algún familiar o una experiencia negativa que haya sufrido un antecesor y que se transmite de generación en generación sin ser conscientes.
Todo nuestro interior lo plasmamos en los ambientes que habitamos, materializándose en objetos, colores, formas, recorridos, organización, olores y sonidos. Cada rincón tiene su huella.
Así como es adentro, es afuera.
Principio de correspondencia, ley universal.
El Kybalión es un documento del siglo XIX que describe las 7 leyes universales sobre las cuales reposa toda la creación.
«Así como es adentro, es afuera«, corresponde al Principio de correspondencia basado en las leyes universales. Aquello que encontramos en lo exterior es una señal de nuestro estado interno. Trabajando nuestro interior, nos permitimos mejorar la experiencia vital, empezando a atraer mejores momentos y situaciones a nuestra vida. Entender la casa como la representación de uno mismo es una oportunidad que nos incita al cambio, porque es el real reflejo de nuestro interior y a la vez, estímulo e inspiración.
El hogar ha de amarse y cuidarse para poder sanar el ser interior y el de todos los miembros de tu familia. Para que finalmente se logre el equilibrio que se está buscando. Porque cuidar tu hogar, es amarse a uno mismo.
En Ashekhina nos ocupamos tanto de los hogares como de nuestros clientes. Invertir en el hogar, es invertir en todos y cada uno de sus integrantes, y en eso, nosotros somos expertos. Porque la salud de tu hogar, es el bienestar de tu familia.
Ayelén Gonzalez
Arquitecta interiorista
Asesora profesional de Feng Shui